Se entregan beneficios económicos en primeros traslados de El Calvario.
12/05/2015
Con 82 años y una destemplada guitarra a cuestas, que rasga desde que quedó ciego hace 67, don Pacífico Peña jamás imaginó recibir un dinero a los pocos días después de que se trasladara a una vivienda digna, en el barrio San Bosco, comparada con ese lúgubre inquilinato de El Calvario, que más parecía una ‘fábrica de zancudos’, donde pescó el mismísimo chicunguña, lo mismo que dos de sus vecinos de cuarto, María Inés Leguísamo Cucuñame (vendedora de limpiones, coladores de café y remedios) y Germán Toro Martínez, quien mueve su empresa de reciclaje en una elemental carretilla, todos ya recuperados del temible mal.
Ellos, a la par con Leonor López Sánchez y Carlos Arturo Varón, también adultos mayores, hacen parte del primer grupo de inquilinos que salen del barrio, beneficiarios de un reconocimiento económico, entregado por María de las Mercedes Romero -gerente de la Empresa Municipal de Renovación Urbana de Cali -Emru, dinero proveniente de los fondos del plan de gestión social del (plan parcial Calvario), y que hace parte del más ambicioso proyecto de renovación urbana que se haya emprendido en el occidente colombiano.
El predio donde transcurre esta parte de la historia (carrera 11) forma parte del grupo de 56 en proceso de adquisición por la Emru dentro de las primeras manzanas que interesan para la ubicación de la nueva Estación del MIO, en las carreras 10 y 11 entre las calles 13 y 15, adquisición de predios que se ha logrado en desarrollo del respectivo convenio celebrado con Metrocali S.A.
De los 56 predios en la Estación Central del MIO ya han sido desocupados los dos primeros, incluyendo precisamente aquel donde sobrevivían estos ciudadanos que este 23 de abril recibieron sus cheques, que harán efectivos de inmediato, dinero con el cual pagarán tres meses de arriendo en su nueva morada y con el resto surtirán sus ventorrillos.
Como lo hará María Inés y Leonor López, también comerciante informal, encargada de suministrar dulces y cigarrillos a los abogados, funcionarios y usuarios que atestan a diario el Palacio de Justicia o, como en el caso de Germán Toro, repararán la carretilla y la surtirán de material reciclable y, para el caso de don Pacífico, el más calmado y veterano de todos, para estrenar todas las cuerdas de su centenaria guitarra de ilusiones, música con la cual ya se ha ido, con las notas del modernismo, a otra parte más amable de la ciudad.
Emru – Oficina de Comunicaciones
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